En el mes de noviembre de 1957 se obtuvo el permiso de Mons. Rafael Arias Blanco, Arzobispo de Caracas, para abrir una nueva casa en la Urbanización El Paraíso, por haber aceptado la fundación de San Mateo. Estaba empezando el curso y no había tiempo que perder para conseguir casa. Se fue mirando despacio, con el fin de poder tenerla para septiembre, hacer preparativos de propaganda y demás.

La PP. Agustinos, con los que trabajaban algunas hermanas, ayudaron a buscar la quinta y fue en el mes de julio de 1958 cuando uno de ellos anunció la venta de una casa bastante deteriorada de 672 m2, 72 m2 edificados. Pedían por dicha casa 250.000Bs. después de rogar bastante se la dejaban por 215.800 Bs.

Por medio de cablegrama, M. Querubines Martínez pidió permiso a M. Piedad Espinal, Superiora General en el momento. Esta le respondió que si reunía condiciones para nuestros fines, podía comprarla.

Aconsejadas por los PP. Agustinos y Claretianos, formaron el día 11 de septiembre de 1958 la Sociedad Religiosa Cultural. La integraron: Elena Martínez Gayarre, Lourdes Crespo Holanda, Amalia Gil Casares, y María Jesús Yániz Piérola. El día 20 del septiembre del mismo año se adquirió la casa del Paraíso en las siguientes condiciones: 15.000Bs Al contado, durante los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero, se les entregaría 1.200 Bs y a partir de febrero 1.300 Bs. con la finalidad de ir amortizando los intereses. En la medida de las posibilidades se les entregará como mínimo 30.000 Bs cada vez para ir amortizando el capital. Para pagar los 15.000 en efectivo se le pidieron prestados 5.000 Bs al libanés Sr Lalo de San Mateo y 1.750 a los Sres. De Rubizón, ambos sin intereses. Como la casa estaba muy deteriorada y no podía ser habitada en tales condiciones, se ofreció el constructor Miguel Pascual Tolosa a hacer todas las reparaciones necesarias sin plazo determinado para pagarle, sino cuando fuera posible. Sin condiciones para ser habitada y sin más mobiliario que unas sillas para las niñas, se instalaron allí las religiosas. Se abrió la matrícula, recibiendo como primera alumna a Mayela Virginia Gaitán, a ésta la siguieron otras 15 con las que se comenzaron las clases atendidas por M. Clementina Fernández. Con ella vivieron las hermanas que seguían trabajando en San Agustín del Paraíso.

Primera casa

Antes de comenzar las clases fueron visitadas por el Inspector de sanidad y la Supervisora Educativa. Ambos dieron su aprobación, recomendando la ampliación del Centro. El 23 de noviembre si hizo la inauguración del Colegio. El P. Maisé Montaña OSA. celebró la eucaristía a la que acudieron los papás de las niñas, elogió mucho la labor educativa de la Congregación en Hispanoamérica. El P. Crescencio Fernández bendijo la casa por la tarde, y dio la bendición con el Santísimo. Todas las hermanas presentes en Venezuela participaron de esta gran alegría.

Desde los inicios es una constante la preparación para la primera comunión, tanto de las niñas del Colegio, como de las escuelas cercanas del Paraíso y la Vega. Cumplieron bien, en este sentido, el encargo de Monseñor Arias. Así mismo enseñaron a las niñas a ser solidarias ante los problemas y necesidades de otros niños y personas en campañas como la rifa de Fe y alegría, el domad, las misiones, desastres en diversos lugares. Los padres de familia fueron muy generosos en obsequiar tanto a título personal, como de sociedad de Padres, aquellas cosas que se iban necesitando para el colegio. Ese mismo año las hermanas se vieron en la necesidad de comprar una camioneta de segunda mano para ayudar con el transporte de las niñas. El año 1959-60 se vieron en la necesidad de construir cuatro aulas, ante el incremento de la matrícula. Se compró un autobús de 80 plazas, los padres regalaron una máquina de cine y pusieron megafonía en las aulas, regalaron el mueble para la biblioteca, cuyos estantes llenaron las niñas con sus donaciones de libros., un televisor para el preescolar, un mimeógrafo… Para el curso 1961-62 se completó la primaria. Las clases eran impartidas por la hermanas. Estas combinaban sus clases con sus tareas religiosas, catequética y estudiantil, pues todas fueron haciendo paralelamente sus convalidaciones de estudios. Es de notar el carácter festivo que desde el inicio tuvieron las niñas y padres en el Colegio. Celebraban no sólo las fiestas religiosas como, la Niña María, la Inmaculada, Navidad etc, sino las fiestas del fin de curso, condecoraciones, concurso de todo tipo. Esto hizo crear desde los inicios estilo de familia. Pronto Gustavo Hernández acuñó el término que identificaría esta vivencia gozosa: "Familia Concepcionista".

El 3 de julio de 1963 se compró, en la Urbanización Montalbán, el terreno que albergaría el futuro colegio. Para el año escolar 1963-64 se tuvieron que cerrar las inscripciones en algunos cursos por falta de espacio físico. El año escolar 1964-65 se inició el bachillerato por vez primera con 25 alumnas. De estas alumnas Antonieta Hernández, Antonieta Pacheco y Gloria Pérez se iniciaron desde preescolar. En este año se cambió el uniforme azul por el gris, para unificarse con todos los colegios Concepcionistas del mundo. Este años se comenzaron a instalar y dotar los laboratorios de física y química con las vitrinas y los aparatos más imprescindibles, entre ellos un telurio, recomendado, como imprescindible por el supervisor. El 31 de mayo aparecieron las primeras máquinas, para limpiar y rebajar el, donde se construiría el nuevo Colegio. El día 15 de julio comenzaron a llegar los camiones portadores de los pilotes prefabricados en Puerto Cabello. El día 20 comenzaron a meterlos viendo así hechos realidad los sueños y deseos de cinco años de trabajos, dificultades y desilusiones. ¡Por fin vamos a tener un Colegio de planta donde las niñas puedan tener toda clase de comodidades!

Mientras se construía la planta física año 1965-66, el colegio se iba consolidando, el coro se perfeccionaba, el bachillerato comenzaba el segundo año, padres, maestras y alumnas mayores visitaban fábricas, ingenios, lugares históricos; dotaban los laboratorios, en fin, había vida. Este mismo año se comenzó una nueva obra de apostolado: clases de muchachas de servicio. Tanto las religiosas, como las mamás de las alumnas, solicitaban este servicio. Se les enseña a leer, escribir, lo más elemental de matemáticas y catecismo. Cada día aumenta el número de ellas.

Por fin el 19 de septiembre del año escolar 1976-77 comienzan las clases de Primaria en el nuevo Colegio La Concepción de Montalbán, después de muchos trabajos y contrariedades. La bendición fue hecha por el P. Domingo Álvarez, Director del Colegio San Agustín, con la presencia de las hnas de La Floresta y la presencia de la Madre Delegada, Madre Salud García Donas. El día 3 de octubre comenzaron las alumnas de Bachillerato, con la inmensa alegría de estrenar colegio. Así, en años sucesivos y con entusiasmo por parte de religiosas, padres, maestras, profesores y alumnos, se fueron dotando los distintos servicios: canchas y material deportivo, completación de laboratorios y biblioteca, instrumentos y uniformes de la banda de guerra, batería y guitarras…


Para el 2007-2008, CINCUENTA AÑOS DESPUÉS, muchas cosas han cambiado con el tiempo y las distintas exigencias, que en materia educativa, se han ido dando. La familia Concepcionista se ha consolidado. Tratamos de compartir Carisma, Espiritualidad y Misión, pero el ideal es el mismo del inicio: Prestar el mejor servicio educativo-cristiano a los niños de nuestra querida Venezuela, por la que se ha dado todo y lo más preciado de esto: la vida para que muchos tengan VIDA.

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